JUEGO PATOLÓGICO: ¿Qué es? y formas de prevenirlo

JUEGO PATOLÓGICO: ¿Qué es? y formas de prevenirlo

El juego patológico es un trastorno de adición que consiste en la alteración  del comportamiento por el cuál la persona experimenta una necesidad incontrolable de jugar, sin importarle las consecuencias negativas. Está reconocida como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud y por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA).

La ludopatía se produce en los juegos que tienen capacidad adictiva, que son aquellos en los que transcurre poco tiempo entre la apuesta y el premio conseguido. Aunque la ludopatía sea una adicción conductual que no tiene como referencia material una sustancia, el ludópata presenta los mismos rasgos que un adicto.

SÍNTOMAS

La ludopatía se manifiesta a través de las consecuencias que derivan del juego patológico. Se hace visible a raíz de los cambios que el juego produce en los hábitos de vida y conducta de los jugadores, que comienzan un período de autodestrucción.

Los signos que pueden indicar un caso de juego patológico son:

 

  • Abandono de la vida laboral y social: el juego empieza a ocupar un escalón prioritario en la vida de los individuos, que comienzan a despreocuparse de su vida laboral y de sus relaciones sociales.

 

“La persona acuda de forma frecuente al casino o que esté constantemente apostando en internet, pueden indicar un caso de juego patológico”.

 

  • Problemas económicos: Gastos imprevistos, préstamos, falta de dinero, etcétera. Todo esto hace que el individuo recurra a la mentira para eludir responsabilidades y ocultar las consecuencias derivadas de su adicción.

 

  • Trastornos de ansiedad y depresión: la persona tiene necesidad de seguir apostando, a pesar del daño que le hace. Todo esto, unido al hecho de que en muchas ocasiones la persona no tiene acceso al juego, puede provocar trastornos de ansiedad. Por otro lado, el conjunto de problemas económicos, deterioro de las relaciones sociales y familiares y el resto de situaciones conflictivas pueden conducir a una depresión.

 

  • Cambios en la personalidad: Los problemas derivados de la ludopatía y la necesidad constante de jugar pueden producir cambios en la conducta, como irritabilidad, falta de comunicación o, incluso, agresividad. 

Los síntomas del juego patológico incluyen los siguientes:

 

  • Estar preocupado por las apuestas, y por la forma de ganar más dinero con ellas. 
  • Sentir necesidad de apostar sumas de dinero cada vez más altas para lograr la misma emoción.
  • Intentar controlar, reducir o detener las apuestas, sin éxito.
  • Sentirse inquieto o irritable al intentar reducir las apuestas.
  • Apostar para escapar de los problemas.
  • Intentar recuperar el dinero perdido con más apuestas.
  • Mentirles a los miembros de la familia o a otras personas para ocultar la magnitud de las apuestas.
  • Poner en peligro o perder relaciones importantes, un trabajo u oportunidades académicas o laborales debido a las apuestas
  • Recurrir al robo o al fraude para recuperar el dinero de las apuestas.
  • Pedirles a otras personas que se hagan cargo de tus problemas económicos porque apostaste tu dinero.

 

PREVENCIÓN

 

Prevenir la adicción al juego no es fácil. Para evitar que niños y adolescentes caigan en este problema, es necesario que cuenten con una red de apoyo social adecuada.

Además, también es fundamental que estén informados de los peligros de los juegos de azar y las apuestas, para que no adopten estos pasatiempos sin saber lo que hacen.

Por último, proporcionarle a los más jóvenes alternativas de ocio más saludables y que también sean recompensantes puede evitar en gran medida la adopción de pasatiempos dañinos como el juego.

TRATAMIENTOS

 

Para mejorar las posibilidades de éxito del tratamiento han de combinarse distintos tipos de terapias. La terapia farmacológica es de gran utilidad, ya que los medicamentos ayudan a frenar los impulsos y a manejar los sistemas de regulación de la conducta.

Es necesario que los fármacos se acompañen de psicoterapia individual, y grupal cuyo objetivo es reforzar las conductas positivas y suprimir las negativas.

El primer paso para intervenir en un problema de adicción es:

“Hay que reconocer el problema y querer resolverlo

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