HIPERFAGIA: ¿QUÉ ES?
La hiperfagia consiste en el aumento exagerado del apetito, la persona afectada consume una mayor cantidad de alimentos de la que necesita. Las personas que sufren este trastorno de la alimentación ingieren grandes cantidades de alimentos, incluso justo después de haber realizado una comida normal. Y esto suele suceder de forma continuada, no es un proceso puntual sino mantenido en el tiempo y de manera repetida.
Además de la gran ingesta de alimentos, las comidas se prolongan mucho en el tiempo, sin darlas por finalizadas en un tiempo moderado. La persona suele comer compulsivamente, y sin una clara preferencia de alimentos, suelen tender a la ingesta de productos grasos y azucarados. Las personas con este trastorno, tienen las sensación de pérdida de control y sentirse a merced de su trastorno, ya que no se sacian por mucho que coman.
Las personas que padecen hiperfagia son incapaces de diferenciar cuándo sienten apetito real y cuándo sienten ansiedad, y por ello comen exceso en ambas situaciones. Estas personas suelen mostrar un nerviosismo excesivo, e incluso vergüenza si les miran por no poder controlar este apetito, por lo que tienden a aislarse a la hora de la comida.
¿CUÁLES SON SUS SÍNTOMAS?
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Necesidad compulsiva de comer
Puede ocurrir que aparezca un aumento del apetito, y que realmente no lo sea, y que se trate más bien de “ansiedad por comer” o de la necesidad de comer de forma impulsiva y/o descontrolada. Este sería el síntoma principal de la hiperfagia.
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Sentimiento de culpabilidad
Relacionado con el síntoma anterior, muchas veces aparece un sentimiento de culpabilidad por haber comido en exceso.
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Preferencia por alimentos azucarados o grasos
Otro síntoma de la hiperfagia es la preferencia, por parte de la persona que la padece, por alimentos altamente calóricos, con alto contenido en grasas y/o azúcares (por ejemplo dulces, bollería industrial, fritos, etc.).
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Sobrepeso u obesidad
El hecho de padecer hiperfagia puede derivar en problemas de sobrepeso o incluso obesidad, lo que a su vez puede provocar enfermedades de diferente tipo, especialmente cardiovasculares y endocrinas (por ejemplo diabetes).
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Problemas digestivos
Otra consecuencia de la hiperfagia son los problemas digestivos, que aparecen por el hecho de comer de forma descontrolada o en exceso, y que hace que esas personas no puedan digerir bien los alimentos.
CAUSAS
Las causas de la hiperfagia pueden ser diversas, si bien es cierto que suelen relacionarse con temas más emocionales, como sucede muchas veces con la comida. También, pero, pueden tener relación con alteraciones hormonales. Vamos a centrarnos en las causas psicológicas que pueden originar este trastorno.
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Ansiedad
La ansiedad es una de las posibles causas de la hiperfagia. El hecho de padecer ansiedad puede llevar a muchas personas a comer más, no tanto por tener más apetito, sino porque de esa ansiedad nace esa necesidad de comer. Así, erróneamente, el cuerpo asocia la ansiedad con el hambre.
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Bulimia
Padecer bulimia es otra de las causas de la hiperfagia. Así, muchos pacientes con este trastorno de la conducta alimentaria pueden desarrollar hiperfagia.
Después de comer, pero, suelen aplicar conductas compensatorias para contrarrestar ese “exceso” de comida que han ingerido (por ejemplo mediante vómitos, uso de laxantes, ejercicio físico intenso, etc.).
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Síndrome premenstrual
El síndrome premenstrual engloba una serie de síntomas fisiológicos y psicológicos que aparecen en las mujeres, y que se inician durante la segunda mitad del ciclo menstrual.
Entre estos síntomas a menudo se encuentra la hiperfagia, aunque no siempre; algunas mujeres sienten justamente lo contrario, falta de apetito o sensación de hinchazón.
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Medicamentos
Finalmente, ciertos tipos de medicamentos también puede producir, entre sus efectos secundarios, hiperfagia. Algunos de los más habituales son: corticoides, antidepresivos y antihistamínicos.
TRATAMIENTO
El tratamiento de la hiperfagia requiere acudir a la causa del aumento del aumento de apetito. Si su causa es la ansiedad, deberá abordarse esta desde una perspectiva multidisciplinar, idealmente con la participación del psiquiatra y el psicólogo. Lo importante es que se rompa ese ciclo de “ansiedad ⇒ ansiedad por comer ⇒ comer de forma descontrolada o excesiva”.
Así, desde la psicoterapia, se le deberá enseñar al paciente a identificar correctamente los signos fisiológicos de su organismo que le indican que tiene hambre, y a diferenciar esos signos de la propia ansiedad o nerviosismo.