Ya sea con la llegada del verano, los medios de comunicación, las redes sociales etc. Llegan también los complejos y especialmente entre los adolescentes, van relacionados con su físico. Éstos pueden derivar en problemas de alimentación, dietas extremas, conductas destructivas, ingerir laxantes o diuréticos…
En este artículo veremos algunas señales de alerta, para poder detectar a tiempo un posible trastorno alimentario.
¿Cuáles son los trastornos alimentarios más habituales entre los jóvenes?
Pero antes definiremos a grandes rasgos los dos trastornos que más preocupan a los padres de adolescentes y que además pueden afectar por igual a hombres o mujeres aunque no en la misma proporción:
- Anorexia nerviosa
Es el rechazo a mantener un peso normal de acuerdo a la edad y altura. Un miedo intenso a engordar aun estando por debajo del peso ideal, también sufre una distorsión de la propia imagen corporal y una negación de la enfermedad. Normalmente va acompañada de la realización de actividad física intensa.
- Bulimia nerviosa
Hace referencia a la preocupación excesiva por la comida, ya sea a través de dietas… que da lugar a atracones de comida así como la práctica de medidas extremas para controlar el peso (vómitos, abuso de laxante, ayuno,…)
Debemos tener en cuenta que estos trastornos no solo provienen de una mala adquisición de los hábitos alimentarios, sino también de una combinación de factores emocionales, familiares, sociales y culturales.
¿Cómo prevenir estos trastornos?
Tanto los trastornos alimentarios como la obesidad son problemas donde la prevención es muy importante para poder evitarlos. Son trastornos realmente graves, que incapacitan por completo a la persona y de los cuales es importante que conozcamos que sus consecuencias son muy negativas y que afectan a todos los ámbitos de la vida de la persona que los padece.
Conductas y signos de que alguien sufre un trastorno de alimentación
Hay algunos comportamientos y conductas que pueden alertarnos de que algo no va bien. A continuación tenéis algunas señales de alerta, aunque si detectamos algunas de ellas, lo importante es no alarmarnos, no regañar o juzgar a la persona y acudir a un profesional para que nos guíe y asesore.
- Evitar alimentos muy calóricos
- Disminución o exceso del consumo de agua o líquidos
- Conductas extrañas relacionadas con el hábito de comer: comer de pie, cortar los alimentos en trozos pequeños, al acabar buscar pretextos para ponerse en movimiento, dejar comida en el plato…
- Aumento de la actividad física o incluso ejercicio compulsivo
- Aumento de las horas de estudio
- Disminución de las horas de sueño
- Irritabilidad y cambios de humor
- Síntomas depresivos
- Preocupación excesiva por el peso
- Preocupación excesiva por su imagen
- Negación de sensaciones de hambre, sed, sueño y fatiga
- Dejar de lado actividades que antes de agradaban
- Almacenamiento de comida en distintos lugares
- Consumo de chicles sin azúcar
- Consumo excesivo de tabaco para disminuir la ansiedad de comer
- Rechazar a ir a comidas sociales
- Vómitos auto provocados
- Disminución del rendimiento escolar
- Negación de la enfermedad
- Dificultad de concentración y aprendizaje
- Sensación de culpabilidad
- Baja autoestima
Pautas para ayudar a un adolescente con síntomas preocupantes:
Será necesario, en todo momento, apoyar al adolescente, no nos olvidemos que la persona que padece algunos de estos trastornos está sufriendo una situación emocional muy difícil y necesitará del apoyo de su entorno y especialmente de los padres.
Suelen tener baja autoestima que les hace sentirse poco interesantes, que les crea una gran inseguridad y estados elevados de ansiedad. Además suelen tener problemas sociales, pueden sentirse aislados, víctimas de burlas de los amigos o con excesiva presión.
Lo más importante es detectar cuanto antes los primeros síntomas y acudir a un profesional para que pueda valorar el caso y proporcionar pautas tanto al adolescente como a los padres.